viernes, 9 de mayo de 2008

El retorno

Parece que voy a volver del excelente tiempo parisino a las lluvias madrileñas. Irónico, cuando casi siempre es al revés. Ayer, paseando por los jardines de Luxemburgo, la cantidad de jovencillos medio desnudos capturando rayos de sol era exactamente igual a los que cabían en el césped. Ni un hueco libre. Se nota que el sol es un bien escaso por estos lares.

Ayer aproveché para visitar los dos puntos de París a los que más ganas tenía: el museo Orsay ( de ahí que ayer pusier aun relatillo inspirado en un cuadro que vi ayer, que no conocía y qu me encantó ) y la Saint Chapelle. Cosas buenas: que ambos sitios son espectaculares, buenos para la vista, buenos para la mente, mejores para el alma. Me encanta el impresionismo, lo reconozco, y es que hay cuadros maravillosos. Entre Renoir, Monet, Manet y Degas, hay auténticas maravillas. Excluyo como siempre a Van Gogh, pero es que no nos llevamos muy bien él y yo. También vi algún Pisarro que me gustó, y eso que por alguna cuestión le tenía un escalón por debajo. Bueno también el precio, que a menores de 30 les hacen tarifa reducida. Sí, de 30. Por cierto, que podían unificar criterios, que en la Saint Chappelle no era así y pague 7.5 euritos. Las mejores vidrieras que he visto nunca. Son geniales. Puede que en alguna catedral española las haya mejores, no lo discuto, pero no están a cinco metros de ti, que ves todos los detalles a simple vista. Eso es el gótico más espectacular que ha habido nunca, sin duda.

Cosas malas: odio a los turistas que tienen que sacar una foto a cada cuadro, especialmente a los que, oh, sorpresa, les salta el flash. A los japos que se hacen ya fotos en posturitas, les fusilaba. Me matan los que ven el cuadro, sacan la foto y pasan al siguiente, sin fijarse ni en lo que hay dibujado, ni acercarse, alejarse... Los cuadros impresionistas no pueden verse solo a un metro, hay que ganar espacio y ver como, los brochazos, los trazos gordos y rápidos, los puntitos, acaban dando lugar a una imagen perfectamente homogénea y brillante. Vendría aquí de nuevo la discusión de si el arte es elitista o no. Claro, que eso supone decir que los que disfrutamos de esos cuadros más que el resto somos elite, y francamente, me temo que no. Habría que buscar otra palabra, sin duda. Pero el turismo de masas debería limitarse a Eurodisney y al parque Asterix, sin duda.

También me cansé demasiado. Mucho calor y un calzado pensado para andar tres o cuatro horas, no siete seguidas. Pero valió la pena. Especialmente porque eso de tener un día de vacaciones a costa de la empresa viene bien.

La tarde, en el hotel, tranquilito, leyendo, navegando por internet... lo típico. Mi portatil me ha aportado mucho más desde enero de lo que me había aportado en los tres años anteriores. Curioso, sin duda. Gracias a él, como quien dice, ayer pude irme con una sonrisa a dormir.

Y nada más, en breve emprendo vuelo, en breve les veo a vuesas mercedes, en breve me tomo un copazo con ustedes / vosotros.

Besos para todos, sobre todo para ti!

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