La libertad no es un derecho de los ciudadanos, es un deber. Los seres humanos tenemos que defenderla, tenemos que luchar por ella, tenemos que ganarnosla. Nuestra generación, mi generación, no es libre, no ha hecho nada para ganarse ese beneficio, y cada vez va perdiendo más libertades de forma silenciosa. Nos lo merecemos.
En Irán, mientras tanto, la multitud se ha lanzado a ocupar la calle, a no dejar ni un hueco donde esa marea verde no alce su grito y exija una verdad que se les ha robado. Los resultados de unas elecciones no se saben cinco minutos después del cierre de urnas, es imposible. Y nunca los sondeos han sido tan distintos a los resultados oficiales. La gente sangra, la gente grita, la gente se arriesga a acabar en la cárcel, a marcar su vida por unas elecciones en las que Musavi no iba a cambiar nada de forma radical ( Es interesante ver el curriculum del candidato de oposición y rostro visible de estas manifestaciones. Antiguo ministro, no un candidato revolucionario ).
En Irán la democracia es una mentira, al menos para nuestro concepto de democracia. Mientras que nuestros votos eligen a los representantes máximos de la ley, en Irán hay un lider supremo, un lider religioso que tiene potestad de vetar leyes a voluntad. Toda política queda condicionada por sus decisiones. Eso es lo que significa ser una república islámica. El Sha, marioneta del Reino Unido, fue cambiado por un dictador religioso.
Y esto es lo que hace más meritorio que la gente salga a la calle a defender una democracia que puede parecer de juguete. Dejarse la piel, el alma por una democracia constituida casi parece algo lógico. Defender a un presidente sin mucho poder real parece un brindis al sol. Pero así es como surgen las grandes naciones. Un patriota es todo aquel capaz de rebelarse contra su país cuando éste se equivoca. Es aquel que hace todo lo posible por que su país se convierta en un sitio mejor, aunque sea poco a poco, voto a voto, día a día. El pueblo de Irán tiene todo mi apoyo. Se están ganando el derecho a elegir su propio destino.
¿ Alguien se imaginaba, con nuestra imagen de Irán de país subdesarrollado, atrasado, tercer mundista, que íbamos a ver disturbios en ciudades que parecen europeas, con mujeres gritando, sangrando y luchando por sus votos, aunque sea con el cabello cubierto ?
Eso es un grito de libertad, de lucha. Eso es coraje.
Lo malo es cuando la situación se complica, los disturbios se convierten en caos, altercados, robos y un frenesí que convierte a los que forman parte del acontecimiento en marabunta, en una plaga bíblica:
Perdón, esta imagen es de Los Angeles, los disturbios de los aficionados de LA Lakers después de ganar la NBA. A veces uno se avergüenza de ser de un país occidental y querría poder ser libre, ejemplar, valiente.
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