domingo, 22 de febrero de 2009

Hace mucho tiempo...

Ayer debería haber estado en la caracola, como era menester, celebrando la fiesta de cumpleaños sorpresa a la que me hubiera gustado haber ido. Pero no pudo ser, es lo malo de estar trabajando a mil kilómetros de donde están los amigos. Qué le vamos a hacer, habrá otros cumpleaños. Me conformaré con oir historias y ver fotos como las pocas que ya he podido ver.

El caso es que en el trabajo, por suerte, no sólo no tengo nada que hacer sino que no hace falta que aparente lo contrario, lo que es bueno. Ayer estuve viendo el partido del Madrid ( bendito www.rojadirecta.com ) y chateando durante las horas anteriores con diversas mozas, a las que agradezco como siempre que me distraigan en estos momentos, claro. Se os quiere.

A lo que iba, que aún no he llegado. El caso es que una de ellas, curiosamente la que me conoce desde hace más tiempo, me comentó que había tropezado por casualidad con fotos y recuerdos del pasado. Quitando la amenaza que me hizo de subir las fotos a facebook, que espero que no cumpla, me recordó a primero de BUP, ¿ o segundo ? No, definitivamente, primero. Una etapa en la que recuerdo estar loco por una compañera de clase, a la que por supuesto nunca le dije nada ( muy poco he cambiado con la edad, muy poco ) y a la que me dedicaba a escribirle cartas de amor que nunca le enviaba, aunque ahora dudo si llego a leerse alguna pensando que sería para otra persona.

Me sorprendió que me recordaran mis cartas, y me sorprendió que me las recordaran con cariño. Alguna tendré escrita todavía en la parte de atrás de algún cuaderno. Alguna pasé luego a ordenador, quizás esté en algún disco perdida. Aún recuerdo, más de diez años después, como empezaba una: "Escribo estas líneas mirando al mar, el mar más hermoso que haya visto jamás. Ese mar que son tus ojos..." La verdad es que la chica era excepcionalmente guapa y tenía unos ojazos. Pero apenas hablé con ella antes de haberla escrito ya varias cartas. Luego sí, y resultó que era una tipa maja, pero vamos, ¿ se puede enamorar uno de alguien sólo por sus ojos, sólo porque destaque fisicamente ? 

Suena a pura animalidad, ciertamente, a deseo puro y duro. A esa parte animal que nos impulsa y tenemos dentro de nosotros. 

Años después, más de una decena, me pregunto si aún seré capaz de escribir algo así. Si aún tendré esa inocencia que hace falta para creer que esas palabras pudieran tener algo de energía, algo de valor. Ahora las cartas no existen, y los correos electrónicos tienen otro tempo, otra velocidad, otro cariño y otro cuidado. A mano no se borraba, no se escribía de un día para otro. Se tardaba en poner cada letra, cada palabra. Ahora, una carta a ordenador nunca podrá parecer improvisada, no se verán los tachones cuando una idea no lleva a ningún sitio, ni habrá esa sensación de apremio al ver que el papel se llena y hay que buscar un final.

Tantos años sin escribir cartas a mano. Bueno, miento, mandé una hace no mucho, pero bueno, esa es cosa aparte. Tantos años en los que piensas que has madurado y que ya te da igual el físico, o deja de ser lo primordial, al menos. Ahora piensas que lo importante es más difícil de encontrar, aunque quizás sea más fácil.

Ahora, en vez de mujeres de bellos ojos, acabo buscando mujeres de ojos grandes.

Gracias de nuevo a quien me recordó mis cartas, que me sorprende que me aguantara en aquella época cuando se las dejaba, y que aún me impresiona más que dijera que no estaban mal escritas. 

Besos para todos. Hoy, especialmente, para ti.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mario... ayer perdiendo mi tiempo con videos de deidades, hoy ganándolo gracias a tus palabras. me parece un muy interesante blog, enhorabuena! seguiremos ganando al tiempo...bss guapo. Gracias!