viernes, 29 de mayo de 2009

Huecos que la comida no puede tapar


Posiblemente hoy hemos superado el record de precio por persona en una de nuestras noches de jueves: aparte de la bebida, que no ha escaseado, y teniendo en cuenta que éramos dos, digamos que: una de boquerones en vinagre, una de sepia, unos pinchos y seis alitas. Primera parada técnica, con mousse de fresa de postre incluida. Recuperando el aliento a la de una, recuperando el aliento a la de dos, pacharán. Preparación para el gran y épico final de la foto: pacharán, licor de orujo, palomitas y gazpacho! rico, rico, rico!!!!

La comida y el sueño me han vencido en esta noche en la que los huecos del estómago han desaparecido, uno a uno, aplastados y ahogados.


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Sólo queda, sentada en su silla, la esperanza que retoma su aliento antes de seguir caminando. ¿ Se puede luchar contra el destino ? El joven piensa que sí, el anciano, asiente, mientras piensa que es una lucha factible, pero condenada de antemano. La esperanza sabe que da igual. Podrán seguirla, como otros muchos anteriores. Y se darán cuenta que ella no posee ninguna respuesta, ninguna solución. La esperanza sólo busca un espejo donde animarse. O donde llorar.
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Escribir más a estas horas y este estdo violaría mis propios códigos deontológicos, así que a dormir. Soñar es otro tema. Es un puzzle, que parece bien definido, hasta que descubres que unas piezas no encajan. Ahora me temo que necesitaría unas instrucciones...

Besos, besos, besos, sobre todo a ti.

1 comentario:

pakito perea dijo...

clo,cloclo,clo,clocloclo,CLO!!!!