Ayer pasamos por la T2 para despedir a nuestra vasca-gallega favorita, que ya volvía para esas tierras donde las langostas pasean por los campos y la empanada no es un manjar, sino un artículo de primera necesidad. Están dejando bonita la T2, aunque con los mismos vicios que la T4, no hay papeleras, no hay asientos, y los paneles están alejados unos de otros. Algún día al que diseña estos engendros llamados aeropuertos le tocará usarlos y se planteará que su vida ha sido un timo a gran escala.
El caso es que vimos a la Pantoja pasando el control de seguridad, lo que indica que ella ya no vuela con Iberia ni con las grandes, que salen todas de la T4. Hay que ver como van cayendo algunos famosos, que no les llega el dinero ni para volar con clase. Claro, que posiblemente volara en business y yo esté aquí diciendo tonterías, pero bueno. Llevaba adosado al típico cámara joven con la pobre periodista que está empezando y la mandan a hacer las preguntas más absurdas y/o hirientes que se le ocurren a un redactor para el que los famosos son huchas que se mueven y, cuanto más fuertes las golpees, más fácil es que den dinero. La periodista que nos acompañaba, bajó la cabeza, avergonzada de la situación. Confiemos en que nunca pase por semejante trance.
Después de despedirnos de la moza, volvimos para Madrid, saludamos a los dos frikis que jugaban al Axis & Allies ( otra partida inacabada, algún dia se conseguirá) y para casa, que hoy hemos quedado para jugar al basket y salir un poco ( nota mental: avisar en casa ). Si todo se desarrolla según el plan, alguien se irá más contento hoy a casa. Aunque siguiendo la tónica de los últimos días, alguien acabará cabreado/dolido/disgustado/enojado/iracundo. Confiemos en que algún día los vientos vuelvan a soplar a nuestro favor.
Ayer volvió internet al hogar, con el tercer técnico que nos visita desde el viernes. Este decidió cambiarlo todo, será por dinero. Quién quiere detectar donde está la avería, no vaya a ser que aprendamos algo aplicable a otros clientes. El caso es que nos puso router nuevo, cable nuevo, y otro chisme nuevo. Y parece que todo ha vuelto a funcionar. Veremos por cuanto tiempo...
Al menos, el que ayer volviera internet me permitió ver que ya no quedan billetes de tren para ir a Benicassim mañana, pero sí quedan de bus. Casi mejor porque me deja enfrente de casa, pero peor en el sentido de que tengo que ir a la estación sur de autobuses por primera vez y con el tiempo justito. Nuevas experiencias al zurrón.
Internet me permitió mantener una conversación que me trajo recuerdos del pasado. Recuerdos de conversaciones en las que te están contando algo importante y lo único que puedes hacer es escuchar y estar ahí, porque eres incapaz de decir nada útil. Conversaciones sobre el mismo tema, además. Y no, no es el tema típico que puede venir a la cabeza inmediatamente. Espero que todo mejore y que vuelva la luz para todo el mundo, que en este año hay demasiados momentos en que parece que no queda otra que moverse a oscuras.
Por cierto, que si alguien logra la canción de Ali Baba de Bezú, pero la versión en castellano ( que no se de quien será ) y me la pasa, le estaré agradecido durante una cantidad de tiempo cercana a infinito.
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