jueves, 4 de octubre de 2007

Lo horrible que es no tener internet en casa

Desde que he llegado estoy sin internet en mi hogar, lo que hace que no pueda subir las cosas con calma, y que me de mucha más pereza ponerme con el ordenador a ordenar y catalogar fotos. También me obliga a escribir en el blog desde el curro, que no es que no lo haya hecho antes, pero ahora que tengo cosas de Egipto que contar, preferiría hacerlo antes de que el viaje se convierta en un recuerdo lejano.

Respecto al viaje al susodicho país, hay notas en las que fui escribiendo lo que hacíamos cada día, pero hay que reconocer que son un coñazo. Las subiré a algún sitio por si alguien quiere leerlas, pero vamos, que es infinitamente mejor leerse las crónicas del amable vecino, que son mucho más graciosas y ocurrentes, dado que contienen frasecitas míticas del viaje. Le ha faltado por ahora comentar que todo lo que hay en Egipto tiene un curioso parecido al Valle de los Caídos, dado que son templos excavados en la roca con estatuas de grandes proporciones a la salida o encima. Sí, incluso las pirámides recordaban a nuestro monumento nacional, solo que cambiando a Keops, Kefren y Micerinos por Franco, Primo de Rivera y los otros miles de combatientes de ambos bandos enterrados en ese monumento por la reconciliación de las dos Españas.

Comentaré cosas que no sean de Egipto, por no repetirme más que el ajo, bastante tengo con ver mi tatuaje de Henna en mi brazo cuando me remango la camisa. En estos días debería estar organizando el invierno, pero sin internet la cosa se complica. Habrá que confiar en que para el fin de semana Ono tenga la decencia de arreglarme la línea.

Hemos traido de Egipto chorradas variadas, mejores para las chicas que para los chicos, que van a pensar que les estamos insultando a la cara. Sí, es el objetivo. El que pase por el Victoria hoy se llevará regalito, y a los que veamos el fin de semana también, claro. Luego las probabilidades de conseguirlo se ven reducidas por varios factores, incluyendo el hecho de que no voy a ir cargado toda la vida con chorradas de calidad suprema compradas sin regatear ( qué gran invento la tienda de Jordi, en la que te crees el precio y no te desesperas regateando durante horas).

Bueno, intentemos que hoy sea el mejor día de nuestra vida. Es un objetivo que deberíamos fijarnos diariamente y que quizás se pueda conseguir en algún momento. Aunque me temo que el resultado del día de hoy sea ciertamente incierto. Pero nunca se sabe, amigo Sancho, nunca se sabe.

Como diría el amable vecino, pero al revés: besos y abrazos para ellas, pulgas y chinches hambrientos para ellos.

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