jueves, 18 de octubre de 2007

Porque todo parece contagioso

En nuestra escapada a la playa, al que yo hasta ahora he denominado amable vecino pero a partir de ahora voy a denominar chapero de montera porque es como se denomina él a sí mismo, contagió una especie de gripe a Mr V. Y ayer, aunque por razones distintas, me temo que uno al otro, o el otro al uno, nos debimos contagiar la tristeza que relata en su, como siempre, brillante post. Y eso sin decirnos nada sobre el tema, lo que es más sospechoso. Debió ser en alguno de los golpes que le propiné "jugando" al baloncesto.

Por razones que no voy a contar, porque acabaría cabreandome y no me apetece, fue llegar de Benicassim, donde pensar que todo estaba superado y descubrir poco después que aún queda un vacío en alguna parte, un vacío considerable y que yo pensaba que se estaba cubriendo y tapando correctamente. Va a ser que aún falta algo de tiempo para curar las heridas, y no solo tiempo.

También fue parte de mi sentimiento el tener la sensación de que, intentando ayudar a alguien, como que le estaba perjudicando. Como dice un proverbio árabe que he leido esta mañana: "Un amigo te hará más daño que un enemigo". Pues eso creí que había hecho y no, no me sentía bien, la verdad.

Así que la mezcla de sensaciones ayer era curiosa, sip. Menos mal que parcialmente ayer por la noche y hoy por la mañana alguien ha arreglado algún trozo, gracias de nuevo. El día que descubra como dar las gracias adecuadamente, prometo que lo haré.

Chapero, como vuelva a decir que no hay quien le aguante y que es una condena vivir con usted, le corro a gorrazos. Usted solo es inaguantable en dos momentos: hablando del arroz caldero y cocido como una cuba, cuando entra en modo pegón. Y aún así le sigo apreciando como a poca gente. Sea feliz, coño, que lo merece. Y sea optimista, que nuestra vida, aunque parezca un timo a veces, no es tan mala. De hecho, es cojonuda. Por eso nos permitimos lloriquear con chorradas como el amor, los sentimientos y demás, en vez del cobijo, la comida y el frío.

Cada vez admiro más a quien demuestra valor y no esconde la cabeza bajo la tierra cuando hay algún problema.

La canción del día es "Chiquitita", de ABBA.

No hay comentarios: