miércoles, 12 de diciembre de 2007

Cuatro Amigos, de David Trueba

La última vez que pasé por la casa del libro fui a comprarme uno de los mejores libros que he leído en mucho tiempo, mujeres de ojos grandes. Bueno, realmente lo compré para leermelo y regalarlo, en una jugada ruin que no lo es tanto como suena. El caso es que, además de ese libro, compré otros dos, unos cuentos completos de Carmen Martín Gaite y el libro que da nombre a este artículo y que he acabado de leer esta tarde.

El libro es una novela de carretera sobre las vacaciones de cuatro amigos de unos veinticinco-veintisiete años, en ese punto en sus vidas en que cada vez son menos jóvenes y cada vez son más adultos. El protagonista se zambulle en este viaje, pero con la vista más puesta en la invitación de boda que le envió el amor de su vida antes de comenzar el viaje que en el viaje en sí mismo. Recorren la España cutre de los chiringuitos de playa, los puticlubs de carretera, las fiestas patronales, los hoteles en mitad de ninguna parte. Pero realmente el recorrido que hace el protagonista es únicamente a su corazón, para darse cuenta que aún está enamorado de la mujer que le ha invitado para que vea como contrae matrimonio con otro.

Contaba con haberme identificado más con estos jóvenes de mi edad, pero el viaje que hacen se encuentra en las antípodas de lo que yo haría. Es un viaje centrado en el sexo, para el sexo, con menciones continuas y guiando casi todos los actos de los cuatro personajes. Así que mi percepción del libro era que, aunque era entretenido, como literatura no valía mucho, y aportarme no iba a conseguir hacerlo.

Pero hete aquí, sorpresa la mía, que la última parte, cuando el protagonista se enfrenta a sí mismo, a sus recuerdos, a ese amor que todavía lleva dentro y que ha perdido, cuando recuerda días, gestos, momentos, caricias, besos... en ese momento, he sido uno con el protagonista, y le he entendido como a pocos personajes de pocos libros. Posiblemente hace tiempo no me hubiera creído nada, posiblemente hubiera algo exagerado y deformado, pero sus sentimientos eran totalmente interpretables, totalmente claros, totalmente cercanos a mi.

Echar de menos a alguien genial y maravilloso que ha llenado de luz tus días debe ser algo que todos hacemos igual, por muy distintos que seamos los seres humanos.

No diré que eso haya hecho mejorar mi valoración del libro, pero diré que ha cambiado totalmente mi percepción, porque de pasar sin pena ni gloria, ahora ha sido uno de esos libros que han provocado emociones y recuerdos. Y eso no lo hacen muchos.

Voy a aprovechar para escribir algunas de las frases que he destacado del libro, para que no se pierdan:

"¿Cuántos errores graves se pueden cometer antes de darte cuenta de que has jodido todo lo que tenías?"

"Nadie es consciente del momento en que empieza a torcerse el camino trazado, hasta que se encuentra en un lugar en que nunca quiso estar"

"Mi puzzle estaba resultando imposible, no hallaba el lugar de muchas de las piezas, a otras las daba por irremisiblemente perdidas"
 
"Lo importante no era lo que pudiera ocurrir, lo que hacer, lo importante era estar allí [...] Hay que estar en los sitios para que sucedan las cosas"

"Bárbara debía ser la puerta más hermosa del planeta, una de esas puertas ante cuyo umbral uno es capaz de esperar el tiempo que sea preciso"

"Yo no he hecho nada por mi hija. Cada uno se labra su propia felicidad"

"Los amigos creen que quererte es admitirte como eres: es así, pues vale, cuando lo que uno necesita es gente que te grite que estás equivocado, que te transforme"

"O sea que es la vida o nosotros"

"Una sola mujer puede ser miles, millones de mujeres diferentes"

"me dijiste que nuestro amor era para toda la vida aunque terminara un segundo después"

"fracasa cuanto antes porque así tendrás tiempo en la vida para reponerte"

"comprendí lo que significa la amistad. Era una presencia que no evita que te sientas solo, pero hace el viaje más llevadero"


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