miércoles, 23 de diciembre de 2009

Cuento de ( moderna ) Navidad


Las alarmas aullaron desgarrando el silencio de la noche. Los guardas de seguridad, alertados por el sistema de vigilancia automático, salieron corriendo hacia el tejado, mientras se gritaban crípticas consignas por sus radios. Un robo en ese edificio de lujo en Nochebuena sería un escándalo tal que no podrían volver a trabajar en esa ciudad nunca más.

El primer guarda que llegó al tejado, apenas distinguió unas sombras. Pero ahí había alguien. Desenfundó su arma reglamentaria para amenazar a los delincuentes y sentirse seguro. Lo último no lo consiguió. Cuando sus ojos se acostumbraron a la luz, vio, cerca de la zona de chimeneas, a un individuo gordo saliendo de uno de los tubos con un saco gigante al hombro. Le gritó, pero el hombre no pareció hacerle caso. Se dirigió hacia la cornisa, hacia una zona que se escapa del ángulo de visión del guardia. Éste disparó al aire. El hombre siguió ignorandole, indiferente al disparo que despertó a varios niños, ya inquietos, y a todos los padres, sabedores de lo que era esa pequeña detonación.El segundo disparo sí detuvo al ladrón, que cayó desplomado en el suelo, sobre un charco de un rojo aún más vivo que la ropa térmica que llevaba.

Esa noche, muy pocos niños recibieron regalos de Navidad. Gracias a eso, fueron mucho más felices.

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