Muchas cosas positivas: tablero muy bonito, distinto según el número de jugadores. Mucho cartón, muchas piezas muy trabajadas, con unos dibujos bastante chulos. Hay un dado, pero se usa poco. Odio los juegos que dependen de los dados ( sí, Catán, a ti especialmente ). Hay pocas opciones por turno, por lo que se aprende rápido y no se gasta mucho tiempo pensando. Y tener un principio infame no te condena, puedes remontar. De los pocos juegos que, el primer día que lo probamos, conseguimos acabar la partida. La combinación aleatoria de razas y poderes especiales hace que cada partida pueda ser distinta, lo que le añade algo de longevidad al juego. Aparte de que los nombres que acaban quedando son muy graciosos, recuerdo a los gigantes voladores, los hechiceros diplómaticos, los hombres rata del dragón...
Cosas negativas: que he quedado último!
No hay comentarios:
Publicar un comentario