sábado, 3 de noviembre de 2007

Bienvenido a casa!

De nuevo ha vuelto nuestro farmaceútico preferido a Madrid, así que le hicimos una mini fiesta. Estaba avisado, que llegando ayer, era probable que el muchacho estuviera cansado. Y lo estaba, pero aguantó hasta las cuatro de la mañana. Un ejemplo para todos nosotros.

El caso es que nos quedó una cena muy maja, entre embutidos, tortillas de patatas, empanadas y demás. Mucho mejor que el plan habitual de las pizzas, sin duda. Una ración de oreja traida del Victoria para el homenajeado, una botellita de manzanilla, ... Detalles para que disfrutara un poquito más de todo. También compramos el Mistela, que contra lo habitual, no me pareció que supiera a rayos. Claro, que eso no significa que vaya a beberme nunca ni un vaso.

Aprovechando que estábamos bastantes, el señor arquitecto recibió una placa de calle con su nombre. Quedó realmente bien, hay que reconocer el gran trabajo llevado a cabo por Mr M, que cuando se lo propone desata al artista que lleva dentro. El único problema sería encontrarle hueco en un piso de 30 metros cuadrados, porque debe superar el metro de largo. Pero es una pasada.

La noche fue bastante entretenida, hay que reconocerlo. Pocas historias oímos de Alemania, aunque bromas sobre Lübeck y nuestra no-visita hubo, pero a cientos. Estaba claro que eso iba a suceder, no podía ser de otra manera. Cuando los que dicen ser tus amigos hacen un viaje a Alemania para verte y te esquivan, como que eso tiene que dejar huella. Ruines hasta no poder más fuimos.

Entre los grandes momentos de la tarde noche, hay que recordar al arquitecto muriéndose de risa imaginando un lemur borracho ( y sólo llevaba tres cervezas ), la conversación terriblemente seria y trascendental que mantenían al final mr JJV, mr P y el farmaceútico sobre proteínas, su doblado, estados de relajación y demás mientras nosotros íbamos vacilándoles a cada frase ( lo que tiene no tener ni idea de un tema y querer fastidiar un poco ). La famosa botella de absenta se acabó ya, de hecho, yo me bebí el último mililitro, si llegó a tanto lo que había en mi copa en el último brindis. Sigue sabiendo a rayos, diga lo que diga mr V. Para demostrarlo, la cara de Ms CGdR cuando la probó, todavía debe estar arrepintiéndose.

El salón lo llenamos con banderitas de España ( de las que tenemos ahora 50 metros ). Quedó bastante gracioso.

Me faltan cosillas por contar, pero como que me he despertado hace nada. Solo dar las gracias desde aquí a las tres hermanas de la casa que tuvieron que aguantarnos. Grandes chicas ellas. meritorio especialmente por parte de las dos que menos nos conocen y aún así parece que nos toleran. Quizás sea todo fruto de la suerte, porque ninguno acabó en un estado lamentable, lo que teniendo en cuenta la variedad de alcoholes disponibles, tampoco hubiera sido raro.

Como dato aparte, ayer me torcí el tobillo jugando al fútbol. Confío en que para el partido de mañana ya esté perfectamente recuperado. Aunque no tienee pinta.

Bienvenido a casa, Apotecario!

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